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Jengibre: descubre sus beneficios

El jengibre es una especia muy popular en culturas orientales que ha empezado a verse más en occidente a partir del boom del sushi. Lo utilizamos para limpiar el paladar de sabores entre diferentes piezas de sushi y lo hemos visto en pequeñas láminas finas encurtidas. Sin embargo, el jengibre tiene infinidad de propiedades y formatos en los que se puede consumir.

1. Antiinflamatorio y analgésico. El jengibre se recomienda para tratar de manera natural enfermedades inflamatorias o dolorosas, como puede ser la artrosis, la artritis o la fibromialgia. Además, consumirlo frecuentemente favorecerá unos intestinos desinflamados y sanos.

2. Propiedades digestivas. El jengibre sirve también para mejorar en casos de gastritis, úlceras gástricas, flatulencias y cualquier desajuste digestivo. Tiene también la propiedad de protector estomacal natural.

3. Evita náuseas y vómitos. Esta propiedad del jengibre es especialmente útil en los primeros meses de embarazo y en pacientes de quimioterapia, pues reduce significativamente las molestias. También puede utilizarse para sustituir las pastillas anti-mareo previamente a un viaje.

4. Evita y cura las afecciones de garganta. Como hemos visto, reduce la inflamación, pero también es efectivo frente a infecciones en la garganta y la afonía. Cantantes profesionales lo usan frecuentemente de manera preventiva.

5. Protege el corazón. El jengibre también previene las enfermedades cardiovasculares y favorece la circulación, por lo que es una buena manera natural de prevenir estas afecciones. Sin embargo, si ya se está tomando medicación, se deberá consultar al médico para evitar interferencias.

Como puedes ver, las propiedades del jengibre son muchas y significativas, sin embargo no todo el mundo tolera bien su sabor intenso y picante según en qué formato. Vamos a ver diferentes maneras de consumir jengibre, que no son pocas:

Rizoma de jengibre fresco: rallado puede añadirse a platos e infusiones, en láminas o juliana a ensaladas o postres y triturado se puede extraer su jugo y hacer un refresco con agua fría, limón y miel.

Jengibre en polvo como especia: es fácil encontrar el jengibre en este formato y es una manera muy sencilla de añadirlo a cualquier plato en pequeñas cantidades, como la pimienta o la sal.

En cápsulas como complemento alimenticio: en caso de no tolerar su sabor en ninguno de sus formatos, esta es la opción restante para seguir beneficiándose de sus propiedades.

Cada vez que buscas los menús que sugieren una pérdida de calorías a corto o mediano plazo, quedas de piedra, esos platos no apetecen, solo si eres una modelo célebre o quieres conseguir entrar en el mundo de las pasarelas serías capaz de ingerir semejantes comidas.

Ligar a dieta
Ligar a dieta

Existen muchos trucos que te pueden servir para enmascarar los alimentos y que sean más apetecibles, sobre todo, si tu voluntad no es muy fuerte. Estas sugerencias te ayudarán a comer con más deseos los alimentos bajos en calorías.

– Ensaladas. Por todas partes escuchas y lees que hay que comer mucha ensalada pero no has descubierto cómo  hacerla más apetitosa para ti. Te has cansado de comer cada día esas verduras y es lógico, llega el momento en que la rechazas completamente. El truco consiste en la combinación de los ingredientes. Una ensalada de brotes verdes a la que se le incluye uno o dos de estos ingredientes: pasas,  nueces, almendras, gajos de manzanas, peras, uvas, aceitunas, tiras de pimientos, aceitunas, queso, atún, trocitos de jamón, en fin, combinarlas con ingredientes a tu gusto y de manera variada, hará que las ingieras más a gusto.

– Carnes y pescados a la brasa. Filetes o pinchos a la brasa llegan a ser platos que rechazamos cada vez que estamos a dieta, el sabor de sus carnes ya te aburre. Llega el momento de buscar en la cocina gourmet algunos consejos. Añadirle al plato alguna salsa apetecible, aderezos con ingredientes estrella para poitenciar un sabor agridulce, dulce o afrutado son los trucos más escogidos. Las cremas balsámicas que se adquieren con distintos sabores, son ideales para lasz  carnes, mariscos o ensaladas, dan un toque mágico al sabor y satisfacen casi ntopdos los gustos, según sea el tuyo.

– Otro truco es combinar la comida con el sexo. ¿Quieres comer tu plato hipocalórico sin que le hagas rechazo? Come viendo un vídeo erótico, o ten a la vista esas fotos de los cuerpazos más espectaculares de los chicos famosos. Cuando estés visualizando el deseo sexual, se come hasta piedras y ni las sientes insípidas, es un consejo que no falla.

 

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El ajo tiene una curiosa relación con su fuerte sabor y olor.Puedes tenerlos en la cocina, envueltos en su capa, y no se siente su olor. Puedes pelarlo, y se siente apenas. Incluso, hay personas que lo ingieren con agua como si fuera una pastilla, y no se quejan de su fuerte sabor.

El olor y el sabor fuerte del ajo nos llegan cuando lo picamos o aplastamos. Esto ocurre porque una enzima conocida como alinasa, se une a otra, la conocida como aliína. Las dos unidas forman otra, la alicina, que es la causante de ese fuerte olor que se desprende del ajo al picarlo o machacarlo. Y por supuesto, el sabor también es fuerte.

La alicina, que llega a nosotros a través del consumo de ajos, y produce ese sabor que a veces nos molesta, pues no son pocas las veces que lo mantenemos por un tiempo en nuestra boca, es una potente sustancia de la que no nos podemos desprender fácilmente, y le da a esta hortaliza su característico sello.

Si estás en el trópico en invierno, genial, pero si te encuentras en lugares de temperaturas muy bajas, busca estas recetas porque tu cuerpo te pide otro tipo de alimentos. Así ocurre con las ligeras ensaladas y el agua mineral, que consumimos en exceso cuando hay calor.

En invierno, nos apetecen alimentos más elaborados, por eso puedes seguir consumiendo vegetales guisados, en caldos, o acompañando diversos platos, como por ejemplo:

Arroz con vegetales; carnes con berenjenas, espinacas, col, o zanahorias ypollo asado a la manzana.

Ensaladas de judías, zanahorias y brócoli, cocidos al vapor y aderezados con aceite de oliva, mayonesa dietética, u otros aderezos que sean sabrosos pero evitando añadir cantidades mayores.

Bocaditos de atún o pollo con lechuga, tomate, o pimiento.

Vegetales gratinados acompañados con otros alimentos como queso, arroz o patatas.

 

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Estás estresada por la falta de tiempo que tienes para preparar la cena o el desayuno, y no te percatas de los riesgos que corres estando en la cocina de tu hogar.

Coges los potes de los estantes y los dejas destapados, corres al fregadero, se te quema lo que cocinas, en fin,… tu cocina es una locura… y tú también. Cuando estás en esa situación nada envidiable, puedes ser víctima de numerosos accidentes. Estos suelen ser los más comunes para tu vida:

– Caídas y resbalones en el piso

– Golpes producidos por los muebles en algunas partes del cuerpo

– Heridas o cortes con objetos afilados

– Riesgos eléctricos

– Quemaduras y salpicaduras calientes

– Intoxicaciones por gas

– Explosiones o estallidos

– Intoxicaciones alimentarias