Saber si estas enamorada

Seguro que más de una vez te has planteado si lo que sientes por ese chico es algo especial o si simplemente es la emoción del principio. Las mariposillas en el estómago, esa risita tonta que se te escapa de vez en cuando… Realmente te gusta pero ¿cómo saber si estás enamorada entre la vorágine de hormonas que te asaltan cada vez que le tienes cerca?

Bueno, vamos a ver una lista de puntos clave que debes evaluar para decidir si realmente es amor o si solo es el gusanillo propio de cualquier inicio de relación. ¡Vamos allá!

1. Te encanta todo de él y no le encuentras ningún defecto. Es perfecto, maravilloso, increíble… Hasta que te bajas de la nube y te das con la realidad. ¿Te gusta igual o más? ¡Pues estás enamorada hasta las trancas!

2. Buscas excusas para hablar con él siempre que puedes. Cualquier pretexto te sirve, y si no tienes pretexto te lo inventas. ¡Amor! Es una estrategia arriesgada, procura no quedarte en blanco justo delante suyo si no quieres que se quede con una imagen extraña sobre ti.

3. Se te van los ojos cada dos por tres. Las miradas furtivas son una señal clara de que te gusta y de que quieres tenerle controlado. Eso sí, intenta que no te pille mirándole todo el rato o se asustará.

4. De repente te has vuelto un ser torpe. Cuando estás con él te pones tan nerviosa que no sabes ni por dónde pisas, se te caen cosas con facilidad y te sientes un ente inútil y carente de todo tipo de coordinación. Tranquila, solo te lo parece a ti…

5. Crees que él también se da cuenta y te dan ganas de llorar. ¡En serio, a los ojos del resto sigues siendo una persona normal! No te tortures. ¡Es el amor, que a veces es traicionero!

6. Te sorprendes sonriendo cuando piensas en él. ¡Atención, peligro!

7. Peor aún… Te sorprendes a ti misma imaginando cómo será vuestro futuro. Bueno, chica, si con esto no lo tienes claro… ¿Por qué si no va a fantasear tu mente con eso?

8. Te pone aunque vaya en chanclas. Y con calcetines. Si esto no es amor, ya nos dirás tú qué es.

9. No te importa hacer cosas nuevas para compartirlas con él, sino todo lo contrario. Te encanta adaptarte y quieres consolidar vuestra relación.

10. Es lo primero en lo que piensas por las mañanas y te despiertas con la ilusión de tener un mensaje suyo. ¡Has caído hasta el fondo!

Si estás en el trópico en invierno, genial, pero si te encuentras en lugares de temperaturas muy bajas, busca estas recetas porque tu cuerpo te pide otro tipo de alimentos. Así ocurre con las ligeras ensaladas y el agua mineral, que consumimos en exceso cuando hay calor.

En invierno, nos apetecen alimentos más elaborados, por eso puedes seguir consumiendo vegetales guisados, en caldos, o acompañando diversos platos, como por ejemplo:

Arroz con vegetales; carnes con berenjenas, espinacas, col, o zanahorias ypollo asado a la manzana.

Ensaladas de judías, zanahorias y brócoli, cocidos al vapor y aderezados con aceite de oliva, mayonesa dietética, u otros aderezos que sean sabrosos pero evitando añadir cantidades mayores.

Bocaditos de atún o pollo con lechuga, tomate, o pimiento.

Vegetales gratinados acompañados con otros alimentos como queso, arroz o patatas.

 

En invierno necesitamos más alimentación, y no es solo porque estamos inactivos más tiempo, pues no vamos a pie ni al supermercado, ni realizamos caminatas de paseo.

Lo importante que debes saber es que para que el cuerpo no se nos enfríe, el gasto energético es mayor, de ahí que debemos comer de manera distinta al verano.

En frío que sentimos en el cuerpo nos hace comer más, y los platos en invierno tienden a ser más cargados. Si en verano nos limitamos y consumimos jugos ligeros, refrescantes, en el invierno las cremas son mejor opción, y las sopas y caldos los cocinamos con más elementos nutritivos, que a la vez, hacen al plato más copioso. Pero, además, los preparados de carnes, arroz, pastas, aves y pescados, se consumen en más cantidad.

Por eso no debes preocuparte si piensas que tu cuerpo se está saliendo de la norma que le estableciste: el frío nos exige más alimentación.

El diseñador de joyas francés, Pierre Sterlé, es considerado un artífice genial al elegir diseños atrevidos para sus obras, y sus valiosísimas prendas se consideran piezas de lujo y de gran valor patrimonial.

Pocas veces vinculamos a la joyería moderna con la naturaleza, pues estas prendas de lujo en el siglo XX, deslumbraron por sus atrevidos diseños y disímiles formas creativas, y entre tantas posibilidades, Pierre escogió también detalles de la naturaleza que inspiraron su estética.

Ese fue el motivo por el que despertó tanta curiosidad la obra de Pierre Sterlé, al llevarse el glamour a mediados de ese siglo, con temas que evocaban las flores, las hojas y los pájaros. Al parecer, tomó la idea de su casa de campo, donde la ambientación natural le era propicia.

Y aunque fueron años que se imponían otras estéticas con aires nuevos y fantasiosos, Pierre triunfó con sus diseños atrevidos y muy personales, pero manteniendo la suprema elegancia de los nuevos tiempos que se ya se afianzaban en la joyería de la nueva época.