Una de las enfermedades que más preocupa hoy en día es la obesidad, así como el sobrepeso, pues parecen ser la pandemia de este siglo. La vida moderna nos lleva a comer mucho peor que lo hacían nuestros abuelos, a causa de las prisas, la falta de tiempo y la gran variedad de tentaciones que existen en el mercado. Además, el estrés y la ansiedad también destacan los últimos años en la sociedad occidental a causa del ritmo de vida y, curiosamente, una cosa puede llevar a la otra muy fácilmente.

La ansiedad no siempre es fácil de reconocer, pero uno síntoma muy habitual hoy en día es tener una relación malsana con la comida. No tener nuestras emociones en regla y sentir desasosiego puede llevarnos a tener conductas adictivas o compulsivas, en muchas ocasiones hacia la comida, por ser algo que tiene connotaciones positivas. La mayoría de la gente ve con malos ojos las adicciones más peligrosas como son a las drogas, el alcohol o el tabaco, pero pocos son los que se plantean que puedan ser adictos a la comida para paliar sus carencias emocionales.

La ansiedad por la comida puede demostrarse de diferentes maneras, tal vez como un atracón puntual cuando se ha tenido un mal día o como algo más habitual. Pero, en cualquier caso, comer con ansiedad siempre será un síntoma de que algo no está bien. Para descubrir si sufres ansiedad por la comida deberás analizar en detalle cada vez que comes y cómo te sientes mientras lo haces. Por ejemplo, piensa si dedicas tiempo a cocinar, preparar la mesa y sentarte a comer relajadamente hasta que estás saciada o, por el contrario, la hora de comer es una carrera contrarreloj por meter toda la comida que puedas dentro de tu cuerpo.

También es posible que notes diferencias entre las primeras comidas del día y las últimas. Es algo muy habitual empezar el día con buenos propósitos y comiendo bien y, tras una jornada de trabajo asfixiante y problemas, llegar a casa y resarcir todas tus frustraciones con comida insana en abundancia. Esta actitud podría darse por sufrir ansiedad por la comida: si no eres capaz de controlar lo que comes y son tus emociones negativas las que deciden por ti, algo está fallando.

Si tras analizarlo descubres que es posible que tengas ansiedad por la comida, será momento de plantearte solucionar tus problemas emocionales para mejorar tu relación con la comida y tu salud. Siempre es recomendable acudir a un especialista que te ayude a afrontar tus emociones y a encontrar una solución. Pero si deseas hacer algo más por tu cuenta, puedes empezar también a hacer deporte cada día para liberar estrés y alejarte de la ansiedad. Sal a caminar a buena velocidad, ve a nadar, coge la bicicleta o apúntate a un gimnasio, tras unos días descubrirás que te sientes mucho mejor al final del día. También puedes sustituir en tu despensa cualquier producto insano por otros sanos como frutas, verduras, frutos secos crudos y proteínas de calidad no procesadas. Estos alimentos calmarán mucho más rápidamente tu ansiedad por ser mucho más saciantes y ricos en nutrientes.

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